El pueblo de los burros. OATMAN, AZ

Una de las estampas más peculiares de la Ruta 66 la encontramos en Oatman. Situado en la frontera entre Arizona y California, supone la antesala al desierto de Mojave.

La historia de este viejo enclave minero se remonta a 1915, cuando se halló la primera veta de oro y se estableció un campamento provisional. En pocos años, Oatman prosperó y llego a alcanzar una población de 3.500 habitantes. Sin embargo, tras la II Guerra Mundial las explotaciones fueron cerrando hasta que, en 1953, los últimos mineros abandonaron el pueblo, dejando tras de sí a los burros utilizados para cargar el mineral.

Para aquel entonces, el tramo de Ruta que serpenteaba montaña arriba para llegar hasta Oatman había sido sustituido ya por otro menos sinuoso y, sobre todo, menos peligroso. No en vano, la Carretera Madre fue conocida durante décadas como ‘Bloody 66’ («Sangrienta 66»). Tan peligrosa llegó a ser que, incluso, se ofrecía la posibilidad de alquilar un chófer para que condujese los vehículos a través de las montañas. En este sentido, la subida a Oatman fue durante años uno de los mayores puntos negros de toda la 66.

Pese a todo, al igual que con el tramo de Santa Fe en Nuevo México, os recomendamos encarecidamente que toméis el alineamiento antiguo tras salir de Kingman para disfrutar de este pintoresco lugar. El tramo se ha quedado obsoleto, el pavimento está en malas condiciones y ni siquiera cuenta con quitamiedos, pero lo que nos espera al final del camino merece la pena.

Oatman es famoso sobre todo por sus burros salvajes, que recorren libremente las calles del pueblo en busca de comida y que se han convertido en una atracción turística más. Allí podréis alimentar a los animales sueltos con un poco de ‘burro chow’, una bolsa compuesta generalmente de heno o zanahorias que venden en todas las tiendas del pueblo por el módico precio de un dólar.

Por lo que respecta al pueblo en sí, este no ha cambiado mucho desde entonces. Uno puede sucumbir aún a la fiebre del oro visitando alguno de sus saloon o asistiendo al duelo que se celebra puntual todos los días a las 13,30h en la calle principal.

Mención especial merece el Oatman Hotel, un alojamiento mítico utilizado por los actores Clark Gable y Carole Lombard, primero para sus escapadas de fin de semana y, posteriormente, para celebrar su luna de miel. De hecho, a día de hoy es posible alojarse en la misma suite que ocuparon. Por otra parte, el bar del hotel es célebre por estar empapelado desde suelo hasta el techo con billetes de dólar firmados a lo largo de los años por los viajeros. El hotel cuenta, incluso, con su propio fantasma, Oatie the Ghost’, un amigable poltergeist que merodea por los pasillos del hotel, o eso es lo que dicen sus propietarios. Se cree que es el espectro de William Ray Flour, un minero irlandés que fue encontrado sin vida en el patio trasero del hotel, víctima seguramente de un consumo excesivo de alcohol.

 

~ por Vive la Carretera en marzo 21, 2017.

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